El Marino ha sido desde siempre un lugar de encuentro para parejas, grupos de amigos y familias. La cocina se ha caracterizado por su capacidad para saber adaptarse a las necesidades del cliente
sin perder la filosofía del restaurante, basada en los productos de temporada, frescos, de mercado y fundamentalmente procedentes de la lonja.
En los dos restaurantes se puede comer de tapeo y/o degustar una cocina elaborada. En El Marino-Les Rotes además no hay que dejar pasar la oportunidad de saborear la selección de arroces (paella,
a banda, del «senyoret» o negro) además del pescado, marisco y carnes a la brasa.
La lista de platos singulares es larga pero en este espacio es fundamental citar la gamba de Dénia, el «Putxero de polp» (puchero de pulpo), el foie de mar, el carpaccio de gamba, la Vitolina de
cigala, el pulpo a la brasa, los erizos, los «figatells», el mero a la brasa y la hueva de sepia.
A los clientes igual les viene bien venir a tomarse un aperitivo. Unas cañas y unos vinos para acompañar las diferentes tapas del día pero al final...
...deciden quedarse a comer con nosotros. Una elección acertada.
Cuando cae la noche apetece cenar en alguna de nuestras terrazas. La urbanita de El Marino-Port o la de El Marino-Les Rotes ofrecen diferentes posibilidades. La brasa gana peso en Les Rotes.
Degustar un Déntol, una langosta, sardinas o un mero están al alcance de los clientes.
Y todo ello maridado con un buen vino. En El Marino apostamos por los caldos valencianos aunque la carta es amplia. Los blancos de moscatel no decepcionan con el marisco.
La noche acaba en El Marino, con un postre y si hay ganas una copa de mistela de la Marina. La tertúlia sabe mejor con un
dulce entre palabras. Para eso servimos nuestras tartas caseras.