Adentrados en septiembre, en Dénia solemos hacer balance del verano y respiramos tras dos meses frenéticos de trabajo en El Marino. Sin embargo, estos días no hablamos con normalidad de las novedades culinarias cuando todavía no se nos ha ido el miedo en el cuerpo por las terribles lluvias y fenómenos meteorológicos que han azotado la mayor parte de las comarcas valencianas. No podemos dejar de pensar en nuestros amigos de la Vega Baja, la Vall d'Albaida, la Costera y la Ribera Alta, donde las crecidas y desbordamientos de los ríos Segura, Clariano, Canyoles y Albaida han hecho estragos en los principales municipios. (Riada 2019)
En la Marina Alta el mal ha sido cuantioso. Dénia sufrió un tornado que vino desde el mar y que destrozó todo lo que pudo ante su paso, desde la playa de la Punta del Raset hasta el camino de Gandia. Solamente hay que ver la imagen del pabellón cubierto del polideportivo municipal después de recibir el impacto del viento. La semana del 9 al 15 de septiembre de 2019 será recordada. Como también lo fue la primera semana de octubre de 1957, con la conocida "Aiguà" en Dénia y Xàbia. O las inundaciones del rio Girona en 2007, acaecidas también durante la primera quincena de octubre.
Las lluvias nos visitan cada cierto tiempo con virulencia y en Dénia todos tenemos constancia de que vivimos sobre una zona que antaño fue territorio del agua. Solamente hay que repasar los topónimos donde se han levantado, edificios, casas y urbanizaciones: el barrio del Saladar, l'Assagador de la Marjal, les Bassetes...
No es momento de valorar las pérdidas en la hostelería (que las habrán) cuando hay seis víctimas mortales y los daños en viviendas e infraestructuras son millonarios. Desde aquí queremos mandar nuestro ánimo a los afectados y a todo el dispositivo de ayuda y rescate que durante estos días trabaja duro.