La fachada del puerto está quedando muy bonita, para que vamos a negarlo. Vecinos y visitantes de la ciudad pueden pasear de norte a sur de la dársena, junto a los veleros, las barcas de pesca y ante la imponencia de los ferris, amarrados al otro lado, en el Moll de la Pansa.
La restauración de la vieja lonja nos ha dejado ver una agradable sorpresa: la belleza del ladrillo caravista de un edificio de tipo industrial de principios del siglo XX.
En los próximos meses contaremos con la lonja totalmente restaurada para albergar el museo del mar y un importante punto de información turística. Desde El Marino Dénia queremos manifestar aquí nuestra alegría por la recuperación de este humilde conjunto arquitectónico, tan ligado a la ciudad y a la historia del restaurante. Nuestra familia, des de 1949, pasó en él muchas horas, esperando para comprar en subasta toda clase de pescados y mariscos. No es la primera ves que escribimos sobre la lonja.
Así que ya tenemos ganas de ver acabada la remodelación para visitarla y presumir de nuestro legado histórico. Uno más.