Acaba octubre y con él, el paro biológico establecido para las embarcaciones de arrastre del puerto de Dénia. Volveremos a ver a los 16 barcos salir a faenar para traernos a puerto suculentos habitantes de los fondos marinos, entre ellos, la preciada gamba roja.
En cualquier caso, sabéis que en El Marino nos encanta trabajar con técnicas pesqueras más sostenibles como la de tresmall o el palangre. Modalidades selectivas y respetuosas con el medio ambiente, y que nos permiten ofreceros pescados como la escorpa, el mero, el dentón, la lubina, la dorada o la corvina.
La pesca de arrastre conlleva lanzar redes de casi un kilómetro de longitud que el barco empieza lentamente a arrastrar (de ahí su nombre). Horas después, el patrón intuye que están casi llenas por el esfuerzo del motor, momento en que se suben y se clasifican las capturas. Tradicionalmente, las barcas de arrastre o de bou, se han considerado más perjudiciales para el ecosistema ya que al arrastrar la red a gran profundidad pueden afectar a las praderas de posidonia y por tanto amenazar la supervivencia de los peces. No obstante, la mayoría de estas barcas han hecho un gran esfuerzo para adaptarse a normativas que protejan el entorno.
A partir de noviembre, volveremos a ver la subasta de la lonja de Dénia en su máximo esplendor, rebosante de género y calentando motores para las Navidades, fechas señaladas en el calendario por el alto precio al que llega a pagarse la gamba, así como los pescados y moluscos más cotizados para preparar deliciosos guisos y calderetas.
