Bergen y Dénia, más unidas por la gastronomía y el turismo

Hemos iniciado un camino imparable de reconocimiento internacional de la gastronomía de Dénia. Nos mueve uno de los motores económicos más importantes de la Marina Alta, el turismo, pero también el potente patrimonio cultural que reivindicamos en nuestros platos, su historia y evolución. Queremos aprender más, nos gustan las experiencias que nos llegan desde todas las parte del mundo. La declaración de Dénia como Ciudad Creativa de la Gastronomía por la Unesco favorece el contacto con otras poblaciones que nos ayudan a aprender más sobre la cocina y las tradiciones de países del norte, por ejemplo, como es el caso de Noruega.

Esta semana Dénia ha recibido a las técnicas del Ayuntamiento de Bergen, Ruth Rørvik y Heidi Bjønnes. En diferentes jornadas de trabajo hemos estado atentos a sus explicaciones, a sus preguntas. Les hemos expuesto lo que queremos para Dénia y lo interesante que sería fomentar intercambios entre gente de ambas ciudades (Bergen tiene la misma distinción de la Unesco que Dénia ). Intercambios de tipo turístico pero también con estudiantes Erasmus, con la intención de implementar la formación gastronómica y el conocimiento de las dos culturas.

Bati Bordes (El Marino Dénia) asistió a las reuniones y ofreció una cena de trabajo en El Marino Rotes, a la que asistieron las autoridades dianenses, con el alcalde Vicent Grimalt a la cabeza, y la delegación noruega. El menú fue extenso. Ruth Rørvik y Heidi Bjønnes mostraron especial interés por la recolección de hierbas del campo para crear platos. Así que, desde El Marino, les sorprendimos con ensaladas muy típicas de la comarca. Como la de "llicsons" con bacalao, pasas y cebolla. Hubo cocas de "dacsa", gambas, galeras, verduras, alcachofas, tostas de foie de mar, crema de puchero de pulpo... y vino de la Marina, en este caso un Enrique Mendoza (l'Alfàs del Pi). Para cerrar el ágape les regalamos turrón artesanal de Artigues (Pedreguer).

Para nosotros fue un placer ejercer de anfitriones.

Ya tenemos ganas de viajar a Bergen y de que vengan a nuestra ciudad sus vecinos.