Dejamos atrás un año intenso que queremos repasar con vosotros y que acaba con muy buen sabor de boca: nuestra participación en Cuinant el futur, los talleres culinarios enmarcados dentro del proyecto Dénia & Marina Alta #TastingLife. Una actividad para que alumnos de entre 8 y 12 años aprendan a preparar un plato sencillo, al tiempo que conozcan productos autóctonos, se sensibilicen con la preservación del entorno y con la cocina tradicional. Y no, no nos pusimos a hervir la gamba. El Marino les enseñó a preparar torrijas y turrón.
El proyecto Dénia & Marina Alta #TastingLife deriva del gran acontecimiento del año: entregarnos a lo que supuso el nombramiento de Dénia como Ciudad Creativa de la Gastronomía, un reconocimiento de la Unesco que nos ha situado en el mapa de la gastronomía mundial. Y nos ha sacado de casa. En Bergen, Bruselas, Östersund, Tokio, hemos explicado nuestra cocina y nuestra forma de vivir. También ha habido tiempo para disfrutar de las fiestas (moros y cristianos, las fallas -por fin reconocidas como patrimonio de la humanidad), de nuestros amigos y colegas (40 años ha cumplido el Vareta) y de nuestra familia.
El balance del 2016 nos habla de una gastronomía pujante, alegre, contagiosa. Lo que comemos y cómo lo cocinamos está en nuestro día a día, nos define y nos hace exclusivos. En un mundo globalizado, en el que una hamburguesa de franquicia o una cola se anuncian con carteles luminosos en los 5 continentes, las personas con inquietudes buscan conocer la diferencia: qué se come, cómo se juega, cómo se vive en otras partes. ¿Qué sentido tiene cruzar el planeta para comer lo mismo y ver por internet la última superproducción de Hollywood?
Los visitantes buscan satisfacer su curiosidad para volver a casa con la sensación de conocer un poco mejor al otro. Con la experiencia inolvidable de haberse acercado a otro mundo a través de sus pequeñas historias. Las nuestras.
En el 2017 seguiremos mejorando. Y nos reivindicaremos. Aún más.
Feliz año.
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