El auge de la gastronomía como valor cultural y diferenciador -más allá del placer que nos regala- está funcionando como un motor que nos propulsa hasta horizontes estratosféricos.
El proyecto «Dénia & Marina Alta #tastinglife: valorización del patrimonio culinario para la innovación territorial y el fomento de la cultura de la creatividad» competirá en el IV Fórum de Ciudades y Territorios Creativos de España, que se celebra en Málaga del 10 al 12 de noviembre. La ciudad ganadora de las 21 seleccionadas albergará el Congreso del año próximo.
Para entender por dónde va la economía con futuro, basta detenerse en el nombre del proyecto, que conecta a la perfección con la visión de los creadores del Fórum: el Máster en Economía Creativa, Gestión Cultural y Desarrollo de la Universidad Rey Juan Carlos, que pretende favorecer “el resurgimiento de las ciudades como polos de creación e innovación, donde se desarrolle un nuevo modo de vivir, con valores capaces de construir un sistema económico, social y cultural que dé paso a un nuevo Renacimiento de las ciudades”.
El Marino Dénia, fundado en 1949, va por la tercera generación. Y lo ha conseguido precisamente por atreverse, por innovar y aprender de otros. Desde la autoestima, la apuesta por productos autóctonos y reivindicando la sabiduría de platos de toda la vida. La sociedad industrial ha muerto. A nadie convence el todo vale, el menosprecio por el medio ambiente, y una peligrosa americanización que ponía hamburguesas, ketchup y pan de molde en las mesas de todo el mundo.
Cada vez que apostamos por nuestro talento, desarrollamos nuestra identidad y vivimos en sintonía con nuestro entorno, ganamos. Y sí, también premios.
Pongámosle ganas, e imaginación.
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