Cada cual interpreta la fiesta a su manera. Cada individuo es diferente y aunque nos encante formar parte de la colectividad no siempre hacemos o actuamos como la mayoría. Las Fallas de Dénia nos encantan. Forman parte del entramado social de la ciudad y es difícil entender nuestras relaciones personales sin esta fiesta tan importante, que está viva los 365 días del año.
Después llegan los días grandes y unos se declaran fans de la entrega de premios, otros de «la Ofrena», «la Cremà» o las «mascletades».
Muchos de los que formamos parte de la familia del Marino nos quedamos con la "plantà". Es gratificante salir de trabajar de madrugada y pasar por cada barrio. Observar a los falleros abrigados echando una mano a los artistas, repartiendo chocolate calentito a los vecinos y haciendo quinielas de los premios conforme van viendo los «ninots».
Hablamos de esa tranquilidad en la plaza. Del silencio solamente interrumpido por el brazo de la grúa que sujeta las piezas con delicadeza. El calor de los focos para apaciguar el frío de la noche... La «plantà» es especial. Las fallas son únicas.
Entremos en la fiesta. Os esperamos.
El Equipo del Marino
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