Ni la lluvia ni el viento han impedido estos días que los más fieles a La Barra del Marino hicieran acto de presencia en el local del barrio de pescadores de Baix La Mar. El pescadito frito, los escombros y el trinchado de atún circularon entre las mesas y la barra a la misma velocidad que las cañas y las copas de vino blanco.
Dénia en verano se vive en espacios abiertos, de pie, sobre un taburete o en las mesas de la plaza de Mariana Pineda. Hasta allí vinieron buenas compañeras de viaje y grandes amigas, como las dueñas del bar La Pujadeta.
El equipo de La Barra del Marino quiere dar las gracias a todos los clientes que ya han saboreado "los poalets" con las diferentes especialidades de la casa. Y lo mejor de todo: todavía nos queda más de la mitad del mes de agosto y todo septiembre para disfrutar del hermano pequeño del grupo El Marino.
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