¿Las botellas de vino y cava son artes de pesca?

¿Para que sirven una vez vacías?
¿Para que sirven una vez vacías?

«Desconocía la razón por la que esos jóvenes se metían con una botella de vino o cava en la orilla de la playa. Sumergían el recipiente hasta que se quedase medio hundido, a merced del movimiento ondulado del mar. Después se separaban unos metros del lugar donde habían depositado la botella y esperaban. Minutos más tarde –con rapidez– saltaban sobre aquel vidrio verde y lo tapaban por el culo. Desde mi hamaca lo vi más claro. Dentro de la botella había peces».

 

El relato de este vecino madrileño es del todo cierto. Los que nos hemos criado en la playa de les Marines lo certificamos. Usábamos las botellas de vino, sidra o cava para pescar lisas. Primero en el culo de la botella hacíamos un agujero con un cincel. Era por allí donde introducíamos el pan que servía de cebo. El pequeño pescado entraba dentro de la botella buscando el pan y luego no podía salir. Era como un «bornell» de vidrio en el que en vez de pescar langostas conseguíamos un cebo vivo ideal.

 

Porque las pequeñas lisas no eran para comer. «La lisa para quien no tenga otra cosa para alimentarse», argumentaba el otro día un viejo amigo.

La lisa
La lisa
La lubina/llobarro junto a unas gambas
La lubina/llobarro junto a unas gambas

Esas lisas de entre cinco y diez centímetros las gastábamos para pescar lubinas. La lubina, el «llobarro» (del latín lupus, lupi = lobo), es un pez feroz, como su nombre indica, y ataca los bancos de lisas que nadan cerca de la superficie. 

 

Nosotros enganchábamos la lisa en el anzuelo por la aleta dorsal y la dejábamos viva en el mar con el carrete de la caña abierto. Con el hilo suelto el pez nadaba por la costa a espensas de que apareciese la lubina con ganas de comer. Que picasen y que alguien sacara una lubina de más de un kilo ya era otra historia... más difícil de verificar.

 

Y así, los jóvenes pasábamos la tarde en la playa. Porque no todo era fútbol en la arena, tomar el sol o esperar a que en el chiringuito nos sirvieran un helado.

 

 

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Comentarios: 1
  • #1

    fake audemars piguet (miércoles, 13 mayo 2015 05:34)

    Exactly what astonished me personally had been the way the lady required the actual being rejected. Your woman obviously could not think exactly what your woman had been listening to as well as misunderstandings as well as wonderment shown more than the woman's encounter.