Los días de playa tienen eso. Te levantas con ganas de refrescarte. Te obsesiona un buen desayuno para después pasar el día en el agua. Algunos prefieren la pesca sobre embarcación o bucear en calas cristalinas. Otros, sin embargo, permanecen largas horas tumbados en la arena o escondidos entre rocas, como iguanas o tortugas tropicales. Todo vale.
El mar da juego gastronómico y no importa la manera de disfrutarlo. En Dénia presumimos del tema. En nuestras casas cada verano escuchamos la frase «la platja fa fam» (la playa hace hambre) cuando nos sentamos alrededor de una mesa para comer, después de cambiarnos la ropa mojada y con el frescor marino incrustado en nuestras almas. No hay nada más cierto. El mar cansa igual que sofoca el calor. Y tras él necesitas de un ágape suculento para reponerte. El cuerpo requiere vitalidad. Por eso, llegados a este punto, proponemos un clásico: la paella.
Pero en esta ocasión no vamos a discutir sobre dogmatismos culinarios alrededor del plato más valenciano del mundo mundial. Solamente recomendaremos el «Arròs del senyoret» de El Marino. Un plato con excelentes tropezones: marisco pelado, pescado sin espinas y moluscos troceados. Sin nada que moleste a los paladares
más delicados. El Arroz del Señorito (la traducción) no deja de ser un plato para que se disfrute comiendo, sin trabajar. Y eso en verano es la bomba. Como el arroz.
Un saludo.
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